El hallazgo tuvo lugar en la colina Cerro Colorado, donde el equipo de investigadores descubrió los entierros dentro de uno de los cuatro montículos situados en un grupo. Łukasz Majchrzak, un bioarqueólogo, explicó: “Los cuerpos estáп envueltos en telas y materiales vegetales, formando lo que se conoce como paquetes funerarios. Dentro de las capas de estas telas, descubrimos cerámica, herramientas y objetos de culto dispuestos meticulosamente como ofrendas funerarias”.
El equipo también encontró mazorcas de maíz y materiales vegetales no identificados, que probablemente fueron colocados como alimento para los difuntos en su viaje hacia el más allá.
Seis de los paquetes funerarios presentan los restos de adultos dispuestos en posición fetal, con sus miembros superiores e inferiores cuidadosamente colocados debajo de sus pechos. Los investigadores señalan que estos entierros de adultos estáп posicionados verticalmente, dando la impresión de una postura sentada. Todos comparten una apariencia externa consistente, envueltos en tela gruesa y asegurados con cuerdas entrelazadas.
Entre estos paquetes de adultos, uno destaca con patrones geométricos decorativos, mientras que los otros paquetes, como sugiere Majchrzak, pueden incluir representaciones de animales y deidades.
En contraste, los otros 16 paquetes funerarios contienen principalmente los restos de niños, todos menores de 2 años, posicionados horizontalmente.
El equipo planea utilizar tomografía computarizada para examinar los paquetes funerarios completamente conservados que no tienen daño visible, lo que permitirá un análisis antropológico no invasivo. En etapas posteriores, planean llevar a cabo un análisis químico e isotópico, incluyendo el isótopo de estroncio, que determinará si los entierros son de una población local.