Rescatadores fueron alertados sobre un perro extremadamente delgado que deambulaba por las calles. Se desplomaba en medio de la carretera o la acera, incapaz de moverse. Fue desgarrador presenciar esto.
Los voluntarios se sorprendieron de que Peanut, como la llamaron, siguiera con vida cuando la vieron por primera vez. Cada uno de sus huesos eга visible. Debido a un ɡгаⱱe caso de sarna, su piel estaba completamente sin pelo.
Parecía que no había tenido una comida adecuada en mucho tiempo, pero aún así se aferraba a la vida y luchaba por sobrevivir. Su fortaleza eга innegablemente inspiradora.
Incluso una mujer llevó una bolsa para cadáveres en su auto, por si el perro hubiera muerto para cuando llegara. Pero apenas se aferraba a la vida.
Los rescatadores la levantaron con cuidado y la trasladaron a la clínica veterinaria, aunque eran conscientes de la verdad. Peanut tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir.
Sus nuevos amigos humanos se alegraron cuando llegaron los resultados de los análisis de sangre. El moquillo eга negativo y todo lo demás eга curable.
Peanut, a pesar de su aspecto, estaría bien con los cuidados adecuados.
El sistema inmunológico de Peanut estaba muy débil y no podía estar cerca de otros animales enfermos.
Mike y Joy, que habían sido hogares de acogida para varios perros, fueron contactados por la organización y vinieron a conocer a Peanut. eга evidente que anhelaba amor y atención.
Peanut fue recibida en el hogar amoroso de la pareja. Se les indicó cómo alimentarla para que ganara peso sin enfermarse.
Peanut se comió toda su comida. Tenía mucha hambre, pero sabían que debía ir poco a poco.
Luego, Peanut conoce al segundo perro de Mike y Joy, con quien está ansiosa por jugar. Solo tiene que ganar fuerza y estará llena de energía de cachorro.
La pareja documenta meticulosamente los días de Peanut, y ha ganado una cantidad saludable de peso en solo una semana. Sigue delgada, pero se ve mucho mejor.
Su pelaje está volviendo a crecer en algunas zonas gracias a los baños medicinales utilizados para tratar su sarna.
Peanut vuelve al veterinario en tres semanas para un chequeo, y todo el personal está encantado. Su mejoría es asombrosa. ¡Es como si estuvieras mirando a un perro diferente!
No solo ha ganado peso, sino también confianza. Peanut se siente mucho más segura ahora que tiene un hogar. Nunca había tenido comidas confiables ni alguien que le prestara atención.
¡Ahora lo tiene todo!
Peanut, al igual que tantas otras mascotas, anhelaba una segunda oportunidad. Los perros no deberían vivir en las calles y sobrevivir por sí solos.
¡Agradecemos a todos los que dan un paso adelante para ayudar a un animal! Los trabajadores de rescate son los mejores.
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